El lunes nos dejó Belarmino Alfredo González Fernández, un nombre que resonará en la historia de la hostelería gijonesa y que, a los 91 años, se despidió de esta vida tras una vida dedicada a la innovación y la diversión en el mundo de la noche. En Gijón, su ciudad natal, era conocido y recordado por su contribución al entretenimiento y la cultura nocturna.
La trayectoria de Belarmino Alfredo González estuvo marcada por una serie de emprendimientos que dejaron huella en la ciudad. En 1965, abrió el primer Escocia, que se convirtió en un referente como bôite. Además, fue el cerebro detrás de El Mesón del Gallo, el Montmartre, la discoteca Play Boy, la cafetería La Gloria, El Jazz 76 (que más tarde se transformaría en Jazz 81) y La Torre del Oro. También fue dueño de las tiendas Sherman, con sucursales en Gijón y Barcelona, que más tarde fueron asumidas por sus hijos.
Pedro Pablo González, uno de los hijos de Belarmino Alfredo, recordó a su padre como un “histórico hostelero” que disfrutaba del reconocimiento que había ganado a lo largo de su carrera. Era una persona que apreciaba la ironía y tenía una respuesta divertida para todo el mundo. Además, fue un buen padre y un amigo para todos. En el ámbito profesional, destacó su papel como impulsor de la famosa bebida “leche de pantera” en Cimavilla cuando gestionaba El Mesón del Gallo. Esta bebida se servía en vasos de madera y también se vendía en el establecimiento.
Uno de los hitos más importantes en su carrera fue la discoteca Play Boy, donde en la década de 1970 atrajo a destacadas personalidades para actuar, como Mari Carmen y sus muñecos, Los Brincos, Ágatha Lys o Antonio Machín.
Belarmino Alfredo González fue padre de tres hijos y tuvo que enfrentar una triste pérdida en 2016 cuando su hijo mayor, Alfredo González, falleció a causa de un cáncer fulminante en solo cuatro semanas.
La ciudad de Gijón y el mundo de la hostelería despiden a un pionero que dejó una huella imborrable en la vida nocturna de la ciudad y que será recordado por su espíritu emprendedor y su contribución al entretenimiento de varias generaciones. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que disfrutaron de sus locales y su hospitalidad a lo largo de los años.
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