El pasado 27 de octubre, Gonzalo Suárez, fundador de Ascensores Tresa, celebraba con gran alegría el 40 aniversario de la compañía. Rodeado de su esposa Marichu Echevarría, su familia, proveedores, clientes, empleados y amigos, Suárez conmemoraba no solo el hito empresarial, sino también su destacada trayectoria en el sector de los ascensores. Sin embargo, apenas dos semanas y media después de esta celebración, se lamenta su fallecimiento.
Suárez falleció el martes en Gijón a la edad de 86 años. Una caída reciente que resultó en una fractura de cadera complicó su estado de salud, llevando a un desenlace fatal. Su funeral se llevará a cabo en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Begoña, Padres Carmelitas, a las 18 horas del miércoles.
La carrera de Suárez estuvo caracterizada por su constante búsqueda de superación y su espíritu innovador. «No aspiramos a ser los mayores, sino los mejores», era su lema, que recibía a todos en la nueva nave de 10.000 metros cuadrados de Ascensores Tresa en el polígono de Lloreda, inaugurada en 2020.
Antes de emprender su propio camino en 1983 y fundar Tresa, Suárez trabajó en otras compañías del sector. En aquel entonces, ya era padre de familia y tomó la decisión de arriesgarse, apoyándose en su esposa Marichu Echevarría. Solía decir que Marichu era la mejor comercial que había tenido la empresa y que sin su apoyo, Tresa no habría prosperado. Juntos, tuvieron dos hijos, María Teresa y Nacho, y tres nietos: Pablo y Santiago Ortea y Olaya Suárez.
Hoy, Ascensores Tresa es una empresa que emplea a doscientas personas y tiene presencia en 55 países. El legado de Gonzalo Suárez perdurará tanto en su empresa como en su familia y en todos aquellos que tuvieron el placer de conocerlo y trabajar con él. Su fallecimiento deja un hueco en la comunidad empresarial y en el corazón de quienes le apreciaban.
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