Agente de la Guardia Civil. EFE
Agente de la Guardia Civil. EFE

Hay historias que merecen la pena ser contadas, como la sucedida en Colunga el pasado 20 de enero. La rápida actuación de los agentes de la Guardia Civil permitió salvar la vida de una mujer de 63 años tras sufrir una parada cardiorespiratoria cuando viajaba con su hija y su hermana por la A-8.

Una patrulla en servicio del Destacamento de Tráfico de Ribadesella acudió tras el aviso asistencial de una persona que viajaba con un desmayo de su acompañante, en un turismo detenido en el arcén con motivo de la indisposición.

A la llega al lugar de los hechos, comprobaron que la afectada tenía una evidente pérdida de consciencia, ausencia de respiración y ausencia total de pulso. La incorporaron al arcén y comenzaron a realizar la maniobra RCP.

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Gracias a la reanimación de la persona, la hija que viajaba con la afectada decidió escribir una carta a los agentes para demostrarles su gratitud: “Gracias a vuestra ayuda, mi madre sigue viva. Mil gracias por estar con mi tía y conmigo mientras atendían a mi madre en la ambulancia”.

 


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