El pasado domingo, la Policía Nacional descubrió el cadáver de Tatiana Coinac, ‘Tania’, la víctima del crimen de Los Prados. El cuerpo de la mujer, una moldava de 44 años que llevaba viviendo en la ciudad desde hacía más de una década, se encontraba desnudo y con fuertes signos de haber sufrido una muerte extremadamente violenta: fracturas en siete costillas y un golpe mortal en la nuca. Los investigadores ahora tratan de aclarar lo que ocurrió antes del deceso de la señora Coinac. La hipótesis principal es que el presunto asesino es uno de los clientes a los que ella ofrecía sus servicios de ‘escort’. La madre de la víctima, desde Benicarló, Castellón, fue quien llamó a la Policía para informar de que había perdido el contacto con su hija durante varios días. Sus últimas actividades se remontan al viernes pasado, a las 14.18 horas, cuando aún actualizaba sus anuncios en un sitio web de contactos.
El horario de Tatiana para recibir a sus clientes era entre las once de la mañana y las diez de la noche, por lo que si el presunto autor resulta ser uno de los hombres a los que ella atendía, habría tenido tiempo para entrar en el domicilio y cometer el crimen.
Se trata de una preocupación recurrente: ¿Quién podría haber hecho algo así a otra persona? A pesar de la falta de una respuesta unívoca, los expertos de la ciudad asturiana tienen hipótesis sobre el perfil psicológico del posible criminal. Según Julio Bobes, profesor de Psiquiatría, estos actos suelen ser el resultado de un desacuerdo entre las partes previamente involucradas. Esto, añadido al efecto de drogas estimulantes como el alcohol o la cocaína, puede desencadenar una actitud sin restricciones.
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