En los tiempos de postguerra, los caramelos eran un lujo que muchos no podían permitirse. Sin embargo, en Gijón existía un lugar secreto, la sala de enfermería del Patronato San José, donde Aurora Fernández producía, de forma discreta, pequeños dulces hechos con miga de pan y azúcar.

Esta religiosa, una de las profesoras más queridas del centro y enfermera de referencia del complejo durantecadas, falleció ayer a los 93 años. Aurora llegó al Patronato con solo 16 años y, hasta que su salud se lo permitió, fue una de las colaboradoras más activas de la comunidad.

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La preciada hermana, que fue profesora y enfermera del colegio, cumplió 93 años y se había vinculado al centro hace 77 años. La descripción que hacían de ella los alumnos era siempre la misma: “Era una persona encantadora y alegre, con un alma pura”.


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