Ayer, la comunidad de Oviedo se vio sumida en tristeza por el fallecimiento de la doctora María Belén Junquera Llaneza a los 59 años. Su pérdida dejó un profundo dolor en su familia, amigos, compañeros de trabajo y pacientes. La doctora Raquel Fernández Puente, su colega y amiga, con gran emoción destacó: “Como médico, era una profesional excepcional. Tenía una dedicación incansable hacia sus pacientes, quienes la adoraban. Además, era una compañera excelente y siempre irradiaba alegría. La echaremos muchísimo de menos”.
María Belén Junquera Llaneza, natural de Candás, era médico de familia. Trabajó en Galicia y luego, tras aprobar una oposición en Andalucía, ejerció durante más de una década en Ronda y Málaga. En 2016 solicitó el traslado a Asturias, donde se unió al centro de salud de Teatinos, desempeñándose en el servicio de medicina familiar y comunitaria. Desde el primer momento, se ganó el aprecio y el respeto de sus colegas y pacientes.
La sala número 5 del Tanatorio El Salvador se convirtió en capilla ardiente, donde sus colegas médicos se acercaron, destrozados por el dolor de su pérdida. “Era una colega amable y una profesional excepcional”, insistió la doctora Begoña de Miguel. “Daba todo por su trabajo”, agregó con profunda tristeza durante el velatorio.
En diciembre pasado, le diagnosticaron una enfermedad grave, pero la doctora Junquera Llaneza, demostrando su fortaleza y su decisión de no preocupar a nadie, guardó silencio en los primeros momentos. Durante todo el proceso, contó siempre con el apoyo de su extensa familia, especialmente de sus hermanos Flor, Marisa, Begoña, Jesús, Carlos, Pablo y Joaquín Junquera Llaneza, así como de sus colegas de profesión. Así es como ella lo expresaba. Se sentía arropada.
El funeral en memoria de su descanso eterno se celebrará esta tarde a las cinco y media en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís. Posteriormente, sus restos mortales serán incinerados en El Salvador.
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