La pieza fue descubierta en 1993, después de haber sido hallada al derrumbar una casa, y el Principado la adquirió a finales de 2020

OVIEDO, 3 (EUROPA PRESS)

El Museo Arqueológico de Asturias ha incorporado a su colección permanente una pieza de singular valor: la estela funeraria de Bodocena, una lápida datada en el siglo primero después de Cristo que fue hallada a finales del pasado siglo durante las obras de reforma de una construcción.

La lápida conserva una inscripción cuya traducción sería ‘Bodocena, hija de Aravo, del castellum Agubrigense, de 12 años, está enterrada aquí’. La consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, y el director general de Cultura y Patrimonio, Pablo León, han acudido esta mañana a su presentación pública en el Museo.

Los responsables de la instalación cultural han dicho que la pieza posee notable interés histórico por la utilización de un antropónimo indígena, inédito en la región, y la referencia al patronímico o filiación.

Sin embargo, el rasgo más destacable en el texto es la inclusión de un símbolo que es una ‘c’ invertida, interpretado por la mayor parte de especialistas como alusión al lugar de procedencia o pertenencia del individuo.

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En Asturias se conocen otros dos ejemplares en los que se consta este signo, procedentes de Salas y Vegadeo, si bien ninguna de ellas posee, como la de Vil.laverde, un contexto arqueológico para el hallazgo material.

Las investigaciones realizadas en su entorno directo, las explotaciones auríferas de la sierra de Begega, proporcionan a esta última un marco cronocultural que incrementa su interés histórico. Así, han explicado que el contexto de procedencia de la pieza la sitúa en el periodo de explotación de la minas de oro de la sierra de Begega durante la Edad del Hierro y siglo I d.C. Las investigaciones realizadas por el arqueólogo Ángel Villa acreditan la existencia de una docena de yacimientos en la zona entre los que cabe destacar, por el volumen de material removido, en el alto de Courío, Antuñana, Bueinás-El Valle y Vil.laverde, paraje este último del que procede la pieza.

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Los estudios confirman que las comunidades indígenas desarrollaron tareas mineras de cierta complejidad, incluidas labores de interior, durante la Edad del Hierro, varios siglos antes de la conquista romana.

Según los responsables culturales, la incorporación de piezas como el de la estela de Bodocena y el análisis de diferentes elementos han permitido constatar que la explotación y beneficios de las minas de oro de la zona comenzó en fechas anteriores a las tradicionalmente consideradas, en plena época de romanización.

7.500 MÁS IVA

Fue la historiadora Margarita Fernández Mier quien localizó ya en 1993 la estela de Bodocena. Estaba haciendo trabajo de campo en la zona en Belmonte de Miranda y consiguió enterarse de la existencia del hallazgo cuando estaban derrumbando una construcción. Fue a hablar con los propietarios y accedió a la piedra. Fue consciente de su valor cultural.

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A partir de ese momento estuvo intentando negociar con los propietarios para que la pieza fuese al Museo. También habló con el Gobierno asturiano y con los responsables del complejo cultural. Pero no fue posible.

Según ha explicado a los periodistas la propia Fernández Mier hubo un momento incluso en el que el dueño la enterró en la tierra de espaldas al camino y llegó a cobrar para poder verla.

Según han confirmado fuentes de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Gobierno asturiano, no fue hasta finales del año 2020 cuando lograron adquirir la pieza, que compraron a los herederos del primer dueño. El Principado pagó 7.500 euros más el IVA correspondiente, han explicado.

Así las cosas, la lápida llegó al Museo Arqueológico de Asturias en el mes de enero de 2021. Fue entonces cuando comenzó a restaurarse. Ahora ya puede contemplarse junto al resto de piezas que alberga el complejo cultural.


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