El tren de alta velocidad (AVE) con destino a Asturias ha finalmente establecido su fecha de llegada: noviembre. Tras un proceso constructivo que se extendió por 19 años, los trenes de alta velocidad finalmente alcanzarán el Principado a través de los túneles de Pajares, dos tubos de 25 kilómetros de longitud que, en conjunto con el resto de la variante ferroviaria, han supuesto una inversión que supera los 4.000 millones de euros, marcando así la obra de ingeniería ferroviaria más destacada en suelo español.
El anuncio ha sido confirmado por Xavier Flores, secretario general de Infraestructuras, quien finalmente ha señalado una fecha concreta para este hito. Aunque originalmente se anticipaba que esto ocurriera antes de las elecciones autonómicas del 28 de mayo, diversos retrasos han llevado a que el Gobierno actual y los expertos de Adif se abstuvieran de establecer nuevas fechas para la puesta en marcha. La notificación de la llegada del AVE a Asturias coincide con una reunión entre representantes del Ministerio de Transportes y el gobierno asturiano.
La variante de Pajares, de 50 kilómetros de extensión, parte desde La Robla (León) y se extiende hasta Campomanes (Asturias). Esta innovación permitirá acortar el tiempo de viaje entre Asturias y la meseta, disminuyendo el trayecto entre Oviedo y Madrid a aproximadamente tres horas, en contraste con las cuatro horas y quince minutos que actualmente lleva el tren más rápido en este recorrido.
El recorrido incorpora dos túneles paralelos de 25 kilómetros, que se sitúan como los séptimos más largos del mundo en el contexto de infraestructuras ferroviarias destinadas al transporte de pasajeros y carga. Cada uno de estos túneles opera en una vía distinta, con una pendiente promedio de 1,7%, 214 ventiladores y 58 galerías de conexión para propósitos de mantenimiento y evacuación en caso de emergencia.
En relación al costo, la obra original, que comenzó en el año 2004, estaba proyectada con una inversión de 1.085 millones de euros. Sin embargo, esta cifra se elevó hasta los 4.000 millones de euros, estimados por Adif como la inversión total hasta la puesta en funcionamiento. A pesar de haber sido programada para abrir en el año 2010, diferentes demoras causadas por las características geológicas del terreno, la crisis económica de 2008 y, más recientemente, problemas con los materiales y el aumento de precios, han generado un total de 17 fechas distintas para la apertura, ninguna de las cuales se ha cumplido.
En la actualidad, los trenes que tienen como origen o destino Asturias atraviesan la cordillera cantábrica por la ‘rampa de Pajares’, una infraestructura que data del año 1884, compuesta por una serie de 79 túneles en un recorrido sinuoso y con una única vía compartida por trenes de pasajeros y carga, que alcanzan velocidades máximas entre 60 y 105 kilómetros por hora. Esta rampa será desestimada con la entrada en servicio de la nueva variante, dado que, según el Ministerio, adaptarla para carga requeriría una inversión de 1.200 millones de euros.
Con la introducción de esta nueva variante, los trenes recortarán su recorrido en 37 kilómetros. En el caso de los trenes de pasajeros, se reducirá el tiempo de tránsito en la Cordillera a unos 15 minutos, en comparación con los 60 minutos actuales. Según las estimaciones del Gobierno asturiano, la nueva ruta duplicará la cantidad de pasajeros que usan el ferrocarril para su movilidad interprovincial, incrementando la cifra de 241.700 pasajeros que utilizaron los trenes de Renfe en 2019 a una estimación de alrededor de 600.000 viajeros.
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