Cangas de Onís y el resto de la comarca de los Picos de Europa están de luto, pues este martes fallecía Luisa “La Machaca”, a los 103 años. Era una de las personas más conocidas y queridas del oriente de Asturias. Su funeral se oficiará este miércoles, a las 12.00 horas, en la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción de Cangas de Onís y, seguidamente, recibirá cristiana sepultura en el cementerio de la misma parroquia.

María Luisa González Caso, había nacido el 27 de agosto de 1920, y era uno de los personajes más carismáticos de Cangas de Onís. Todos sus convecinos la conocían como “Luisa, La Machaca“. Durante dilatada vida laboral, desde principios de la década de los sesenta hasta que le llegó el momento de su jubilación, endulzó los paladares más exigentes, tanto de oriundos como de forasteros, ya que estaba al frente de la heladería que lleva por denominación “La Moderna“.

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Luisa, era hija de Alfonso González, que regentó la carnicería “La Barata“, en la calle Mercado de la capital canguesa. Todo el mundo lo conocía por el mote de “Machaco“, apodo proveniente de la gran afición que sentía por la tauromaquia, y de manera especial por un matador de toros de principios del siglo XX: Rafael González Madrid, “Machaquito“. Era tal la admiración que sentía por aquel torero cordobés que se quedó con el alias. Y de ahí que a Luisa la motejasen, cariñosamente, como “La Machaquina“. Además, sus hijos, Julio y Luis, también han asumido dicho apodo.

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La empresaria dedicó buena parte de su vida laboral a la heladería que fundó junto a su esposo, Julio Mollera, en los años sesenta, donde empezó a comercializarse el popular helado “Peña Santa“.

La Machaca no solo fue reconocida por su destreza empresarial, sino también por su carácter afable y su inquebrantable amor por su comunidad. Su legado trasciende más allá de la deliciosa gastronomía que ofrecía, pues se convirtió en un pilar fundamental de la identidad local de Cangas de Onís.

En su honor, numerosos vecinos y amigos se reunirán para despedirla en un emotivo acto que recordará su vitalidad, generosidad y el profundo impacto que dejó en la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerla. Cangas de Onís, envuelta en el luto, despide a una de sus figuras más emblemáticas, pero su memoria perdurará en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fortuna de cruzar su camino.

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