OVIEDO, 17 (EUROPA PRESS)

Una investigación internacional liderada por la Universidad de Oviedo ha permitido desarrollar unos imanes que conllevarán un ahorro de energía en la transmisión de información digital. El método resulta eficaz para conseguir un material que permite guiar las ondas magnéticas hacia derecha o izquierda a voluntad según los estímulos externos. El nuevo dispositivo aporta numerosas ventajas, según ha informado la Universidad de Oviedo, dado que es pequeño, su fabricación es sencilla, requiere un menor gasto energético en su funcionamiento y apenas tiene pérdidas eléctricas.

El estudio, dirigido por un equipo científico de la Universidad de Oviedo y del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), en colaboración con investigadores de la Universidad de Perugia (Italia), la Universidad Adam Mickiewicz (Polonia) y la Universidad Paris-Saclay (Francia), acaba de ser publicado en la revista ACS Nano.

Los investigadores Luis Manuel Álvarez Prado y Javier Ignacio Díaz Fernández, ambos del Departamento de Física de la Universidad de Oviedo, han explicado que, en el actual contexto de emergencia energética mundial, se hace cada más necesario reducir los consumos.

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“Un alto porcentaje del gasto energético está ligado al almacenamiento y transmisión digital de información y se prevé además un aumento exponencial en los próximos años”, ha explicado Álvarez Prado. “Varios equipos científicos trabajan en el desarrollo de tecnologías alternativas al transporte de carga eléctrica que permitan evitar las pérdidas de energía ligadas a las corrientes de transmisión y lograr el máximo almacenamiento de información”, ha añadido.

Una de las tecnologías alternativas más prometedoras en este campo es la denominada magnónica, que se basa en el transporte de información mediante ondas magnéticas. Los dispositivos magnónicos aportan varias ventajas. Son compatibles con la tecnología del silicio, con lo que no habría que cambiar los modos de producción y, además de tener mucho menor gasto energético que sus primos electrónicos, no pierden sus características con la falta de suministro eléctrico y son fácilmente reprogramables mediante estímulos externos de baja intensidad como campos magnéticos bajos, corrientes eléctricas mínimas o tensiones creadas por pequeños voltajes.

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“Nuestra contribución ha mostrado un método sencillo y eficaz para conseguir dispositivos magnónicos con funcionalidades similares a las de un diodo –un material que transmite información en un solo sentido una vez fijada una dirección de propagación–, pero cuyas propiedades pueden ser reconfigurables, es decir, se puede elegir el guiado de las ondas magnéticas hacia la izquierda o hacia la derecha a voluntad, según sean los estímulos externos”, ha subrayado Díaz Fernández.

Los investigadores explican que la posibilidad de seleccionar la dirección de propagación se consigue gracias a poner juntos dos materiales magnéticos distintos solo separados por una capa muy fina no magnética.

El primero, hecho de hierro y níquel con un espesor nanométrico: 100 veces más pequeño que un cabello humano, propaga muy bien las ondas magnéticas. El segundo es una aleación de neodimio y cobalto que actúa como un imán muy potente, pero con unas propiedades muy especiales. En lugar de suministrar un campo constante como el de un imán común, ofrece un campo cuya intensidad varía espacialmente con un periodo de unos 150 namometros, inferior a la longitud de onda de la luz visible, lo que permite crear dispositivos de guía de luz minúsculos.

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“Nuestro hallazgo resulta muy eficaz por varios motivos: porque es un material de fabricación sencilla, porque requiere un menor gasto energético en su funcionamiento, porque apenas tiene pérdidas eléctricas y porque, al contrario que los transistores electrónicos, no requiere alimentación continua cuando no está operativo”, comentan ambos investigadores. “Por otro lado, el nuevo imán supone también un beneficio en términos de ahorro de materiales, ya que los dispositivos que lo empleen o bien serán más pequeños que los actuales o bien podrán realizar solos el trabajo que hasta ahora hacían varios”, concluyen los investigadores.


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