La comunidad pastoral en Oviedo, así como la orden de los Dominicos, aguardaban con preocupación el desenlace de una situación que nadie deseaba presenciar. El pasado domingo, mientras oficiaba la misa en el Convento de Santo Ángel de la Guarda, en el barrio de San Lázaro en Oviedo, el párroco de la iglesia de Santo Domingo, José Antonio Rodríguez, sufrió un infarto. La noticia de su fallecimiento acaeció ayer al mediodía en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), lo cual fue confirmado por fuentes eclesiásticas.
Después de los primeros auxilios prestados en el propio templo por parte de fieles y monjas, y ante la gravedad de su estado de salud, el párroco fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Allí, recibió todos los cuidados médicos necesarios y quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció sedado.
Desafortunadamente, el grave problema cardiaco que experimentó desencadenó un evidente deterioro cerebral, y el párroco ya no respondía a los estímulos que dictaban los protocolos médicos. La noticia del fallecimiento del padre José Antonio Rodríguez conmovió profundamente a la comunidad religiosa y a todos aquellos que lo conocían y apreciaban su labor pastoral en la ciudad.
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