El concejo de Ibias se encuentra en una encrucijada crucial mientras lucha por evitar el cierre inminente del Colegio Público San Jorge. En un esfuerzo desesperado por mantener el centro educativo en funcionamiento, se hace un llamado urgente a posibles pobladores, específicamente a una familia con al menos un niño en edad escolar, ya sea en la etapa de Educación Infantil o Primaria.
La situación es crítica, y el municipio está tomando medidas audaces para atraer a nuevos residentes dispuestos a contribuir a la comunidad y asegurar el futuro del colegio. Para facilitar la llegada de estas familias, se ofrece un puesto de trabajo en la localidad con incorporación inmediata. El trabajo se centra en la operación de vehículos pesados, como un Dumper extravial de al menos sesenta toneladas, o en el manejo de una retroexcavadora de cincuenta toneladas. Se espera que los candidatos ideales tengan experiencia en campos como minas o cielos abiertos, como se detalla en la oferta laboral.
Los interesados en esta oportunidad vital deben inscribir obligatoriamente a su hijo en el Colegio San Jorge. Para obtener más información y enviar currículos, se proporciona la dirección de correo electrónico soscpsanjorge@gmail.com como canal de comunicación.
Esta no es una situación desconocida para los residentes de Ibias, especialmente en la parroquia de Tormaleo, que año tras año luchan denodadamente por mantener abierta la institución educativa. En el año anterior, el San Jorge registró apenas dos estudiantes. La Consejería de Educación tomó medidas excepcionales al permitir el funcionamiento de una unidad educativa con tan pocos estudiantes, ya que el requisito mínimo para mantener una unidad abierta es de cuatro. Después de las vacaciones navideñas, la familia Cañas Ramírez, procedente de Alicante con tres hijos, llegó a Ibias. Su llegada fue un salvavidas para el colegio, ya que desde enero contaron con cuatro alumnos.
Esta historia se repite a lo largo de los años. En 2020, el colegio tuvo siete alumnos matriculados, y en 2021, con solo cuatro estudiantes, evitó el cierre gracias a los esfuerzos de la comunidad local. Los residentes se movilizan de manera impresionante para evitar la desaparición de uno de los dos colegios en el municipio, llegando incluso a ofrecer vivienda, trabajo y apoyo en trámites legales para aquellos dispuestos a unirse a la comunidad y asegurar un futuro para el Colegio San Jorge.
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